Algunas curiosidades sobre la torre de La Encina

Algunas curiosidades sobre la torre de La Encina

Las próximas Navidades ya se anuncian en Ponferrada en la iluminación artística que hará brillar de una forma especial algunas de sus principales calles, plazas y símbolos. Junto al Castillo de los Templarios, y sobre el caserío del casco antiguo, al paso del Camino de Santiago Francés, destaca majestuosa la torre de La Encina. Torre, icono, faro al que mirar a lo alto en busca de una historia que contar…

¿Pero sabías que…?

El edificio de la iglesia de la Encina ha tenido diferentes torres a lo largo de su historia. Unas se proyectaron sobre plano y se quedaron dibujadas en la traza de los proyectos, pero otras, se construyeron con diversas formas y alturas. En 1613, se pregonaron las obras para construir una gran torre, a las que solo hizo postura el maestro de cantería Juan de Omoño. Como no presentó fiadores para la licitación, finalmente las obras fueron realizadas por el maestro Pedro de las Lastras. Aquella torre se construyó con granito de las canteras de Montearenas rematado en un chapitel con pizarra colocada en forma de escamas y las viejas campanas le fueron colocadas el día de Nuestra Señora de agosto de 1616. En su hechura, la torre tenía ciertos resabios de la cantería gallega y de la forma de colocar los sillares propia de los canteros de la Trasmiera (merindad en Cantabria). Después de diversas reformas, una oscura noche de 1736… “se levantó una tempestad de truenos y relámpagos muy tremenda la cual arrojando una centella en la torre de la iglesia encendió fuego en el chapitel de la misma rompió un formalete de la bóveda bajó al órgano y lo arruinó…”. Por fortuna no hubo que lamentar víctimas a pesar de que la iglesia estaba llena, así que tenido por milagro de la Virgen se acordó que cada año se hiciese misa y procesión el 4 de julio en acción de gracias. Una celebración que se convirtió en tradición y a la que se llamó “Voto de la Centella”…

 

Y ¿sabías que el Voto de la Centella se celebró en Ponferrada, desde mediados del siglo XVIII y hasta principios del siglo XX?

Desde los años 30 del siglo XVIII comenzó a celebrarse esta singular tradición, sobre la que se pregonaba bando cada año por el Regidor de la Villa (alcalde de la época): (1856): “Hago saber a todos los vecinos de esta Villa, iluminen las ventanas y balcones de sus casas, de nueve a diez de la noche de hoy y asistan una persona de cada casa a la misa votiva que debe celebrarse a las nueve del día de mañana por el aniversario de la Centella”. La misa que conmemoraba el Voto de la Centella se celebraba aun a mediados del siglo XX por tradición, y según reglamento y ordenanza el Ayuntamiento pagaba la misa y la cera, tasada en veintidós reales de vellón; la fiesta pagana que se celebraba en el Sagrado de la iglesia (delante de la basílica) con música de tamboritero se dejó de celebrar hacia 1914.

 

Sabías que la torre actual… está rematada por una curiosa veleta

Después de la destrucción causada por aquel rayo en 1736, la parte superior de la torre se reconstruyó hacia 1754, adoptando la forma que hoy conocemos. Sobre el doble cuerpo de campanas, se levanta el tambor y un cupulín. Se remata con un chapitel de granito con nervios, rematado por una bella veleta del siglo XVIII, forjada por herrero, que culmina con una cruz cimera con la cifra de María (una M y una A entrelazadas) entre una ráfaga con rayos floreados, un monograma que crípticamente significa el nombre de María, la Virgen. Y debajo, veletea, girando sobre un eje, un curioso dragón explayado que lleva un trigrama representado por las letras IHS, “Jesús el salvador de los hombres”. Las veletas también son llamadas giraldas o gobiernas. En el precioso y preciso Diccionario de autoridades, del siglo XVIII, se definía a estas veletas como: “la banderilla de metal, que se coloca en las agujas, o alto de las torres, para que hiriendo en ella el viento, la mueva, y señale el que corre, o la parte de adonde viene”…

 

Texto: Francisco Javier García Bueso

 

Nuestro agradecimiento especial desde los Museos Municipales y el Castillo a: Pablo Álvarez Fernández y a Óscar Poncelas Sánchez  por la colaboración.

 

Para saber más: Vicente Fernández Vázquez: Ponferrada artística y monumental (2011) y Pedro Fernández Matachana “Funciones de la iglesia y votos de la villa de la ciudad de Ponferrada” (1957).