Don Carnal y Doña Cuaresma

¿Quiénes son Dona Carnal y Doña Cuaresma?

Don Carnal y Doña Cuaresma representan la lucha entre dos lados del ser humano. Don Carnal es la parte juerguista, le gusta comer sobre todo carne, bailar y disfrazarse. Por el contrario Doña Cuaresma representa la parte más seria y religiosa, más dada a comer frutas y verduras, huye de los bailes y celebraciones.

Ambas partes se representan a modo de combate entre un hombre, Don Carnal, y una mujer, Doña Cuaresma. A lo largo de los siglos han sido muchos los pintores que se han inspirado en esta lucha entre la parte más lúdica y la parte más comedida del ser humano.

Presentes cada año

Y es que Don Carnal y Doña Cuaresma vuelven año tras año a simbolizar su enfrentamiento. Primero llega Don Carnal, es la época del carnaval. Con mucha alegría, diversión y sin restricciones a la hora de elegir los manjares culinarios.

Días después llega la Cuaresma, que dura cuarenta días en los que hay que hacer abstinencia de carne y prepararse para la llegada de la Semana Santa. Es el periodo que abarca desde el miércoles de ceniza al Jueves Santo.

El libro de buen amor

En el siglo XIV Arcipreste de Hita escribió “El libro de buen amor”. Obra que hoy en día, casi setecientos años más tarde, se sigue estudiando y que entre sus estrofas habla del combate de Don Carnal con Doña Cuaresma. Es una lucha culinaria entre las comilonas y banquetes previos a la Cuaresma y los platos más comedidos donde no se podía comer carne. Una batalla entre chorizos y sardinas que se describe de la siguiente forma:

“Acudió don Carnal, valiente y esforzado, de gentes bien armadas muy bien acompañado”, “los patos, las cecinas, costillas de carneros, piernas de puerco fresco, los jamones enteros; las tajadas de vaca, lechones y cabritos, luego los escuderos: muchos quesuelos fritos”.

Las mesnadas de doña Cuaresma estaban formadas por sardinas, mielgas, verdeles, jibias, atunes, barbos, merluzas, sabogas, delfines, sábalos, sollos o lijas además de lejanas anguilas de Valencia saladas y curadas, cazones de Bayona, camarones del Henares y el Guadalquivir, langostas de Santander, besugos de Bermeo, lampreas de Sevilla, congrio de Laredo y salmón de Castro Urdiales.

Un poco de cada

Quizás ni tanto ni tan poco. Llegar a los extremos de Don Carnal y Doña Cuaresma puede que no sea la solución. Y que en esta batalla quien deba ganar es el buen juicio.