Se ha escrito mucho entorno a la Cueva la Mora del Castillo de los Templarios. Parte de ello ha contribuido a acrecentar su leyenda y misticismo. Pero qué es realmente la Cueva de la Mora.
La Cueva la Mora es una mina que comunica el interior del Castillo con el río Sil. Nace en la ronda del Sil, entre el Castillo Viejo y la Torre de Moclín. Fue construida en tiempos del primer Conde de Lemos, Pedro Álvarez Osorio, para garantizar el abastecimiento de agua dentro de la fortaleza en caso de verse sitiados.
Esta mina o coracha guiaba hasta un pozo de agua situado en la margen izquierda del río Sil. Para salvaguardar su seguridad, se construyeron una torre sobre la muralla y dos baluartes pentagonales. El acceso al pozo se hacía a través de una rampa con escalones, por la que se accedía a un espacio cubierto por una bóveda de cal y canto, conocido popularmente como “la cueva mora”. Su nombre nace de una extendida creencia legendaria del Bierzo que contaba que los moros habitaban en cuevas subterráneas en las que escondías ricos tesoros.
De la construcción elevada durante el Conde de Lemos se conserva la mina que comunica el Castillo con el río.
Esta construcción exterior resulta de gran interés sobre todo si tenemos en cuenta la época en que fue creada. Los conflictos, la inseguridad y los asaltos eran una preocupación constante para cuántos habitaban el Castillo. La comunicación con el río de forma protegida y segura, les garantizaba el abastecimiento de agua potable en el recinto.